Chapter 13: A new mind

La frase de Daniel H. Pink seguía resonando en mi mente: "El futuro pertenece a quienes saben contar historias, crear significado y conectar emocionalmente". Estaba sentada en mi escritorio, rodeada de pequeños objetos que parecían contar sus propias historias: un cuaderno lleno de garabatos, una taza con el asa rota que me niego a tirar, y una figura de origami que hice una tarde en la que buscaba distraerme de todo. Me di cuenta de que incluso esos objetos insignificantes representaban algo esencial de lo que Pink hablaba: la habilidad de ver el mundo desde perspectivas distintas, de encontrar belleza y utilidad en lo que otros podrían pasar por alto.

En la sesión de esta semana, hablamos sobre las seis perspectivas o “sentidos” que Pink considera esenciales para el futuro: diseño, historia, sinfonía, empatía, juego y propósito. Elegí reflexionar sobre sinfonía, la habilidad de combinar elementos dispares para crear algo completamente nuevo.

Recuerdo un proyecto que hicimos en el máster. Teníamos que idear una estrategia de comunicación transmedia para una empresa ficticia, y todo parecía fragmentado al principio: diferentes ideas, opiniones y estilos de trabajo. En un momento, sentí que estábamos construyendo piezas de un rompecabezas sin saber cómo encajaban. Fue entonces cuando decidimos sentarnos en el suelo, rodeados de post-its, bocetos y esquemas, y empezamos a buscar conexiones. La clave no estaba en escoger una sola idea, sino en entrelazarlas para crear algo más grande. El resultado fue un plan que, aunque imperfecto, tenía sentido porque logramos conectar nuestras perspectivas individuales en una visión común.

Lo que más me impactó de las ideas de Pink fue cómo la automatización está desplazando tareas que antes requerían habilidades técnicas. No basta con saber ejecutar; necesitamos aprender a pensar más allá, a aportar lo que una máquina nunca podrá: imaginación, emoción y contexto humano.

Desde ese proyecto, he intentado aplicar la sinfonía en otras áreas. Hace poco, en Mr. Cupcake Design, estaba diseñando un concepto nuevo para una camiseta. Me inspiré en una mezcla de cosas aparentemente sin relación: un meme, un patrón de arte japonés y una frase que vi en un libro de filosofía. Juntos, esos elementos dieron forma a un diseño único que capturó algo especial.

Lo que aprendí esta semana no solo fue sobre habilidades del hemisferio derecho; fue sobre cambiar la forma en que abordamos los problemas. Ver el mundo como una composición, no como piezas aisladas. Entender que la creatividad no es un lujo, sino una necesidad.

Mientras cerraba el cuaderno y apagaba la lámpara, pensé que el mundo laboral del futuro no pertenece a quienes simplemente siguen instrucciones. Pertenece a quienes saben cómo combinar los fragmentos en algo nuevo, significativo y bello.